S.C. BRAGA : desencuentro, calma, reflexión y... medidas necesarias para el reencuentro

El Sporting de Braga -su primer equipo- vive unos días de desencuentro con sus virtudes ya tradicionales, las que le llevaron a un brillantísimo subcampeonato en la Liga pasada. El equipo ha dejado el juego que le hizo famoso -incluso recientemente en Sevilla- y ha entrado en la dinámica negativa que le llevó a perder, con los brazos caídos en Londres (6-0) y, ahora, a empatar (2-2) un partido que lo tenía ganado, en Paços de Ferreira.

Hay preocupación -¿por qué negarlo?- en muchos de los seguidores del Braga. Sin embargo, aún siendo cierto lo anteriormente expuesto, no hay que perder la calma. Los mismos que fueron capaces de... deberían, en buena lógica, volver por donde solían.

Todos somos entrenadores. Unos fenómenos con la pizarra, diseñando tácticas, alimentando posibilidades... Pero la realidad del fútbol es mucho más compleja de lo que a veces pensamos. Y es ahí donde debe imperar la calma, el sentido común. Calma en los adeptos, en los seguidores del Braga, pero también calma en el cuerpo técnico y en los jugadores del Braga.

Como seres humanos, jugadores y técnicos se equivocan. Como nosotros también nos equivocamos. Reconocer errores, asumir la necesidad de cambiar, de alterar lo que no está funcionando bien, es una cierta urgencia ahora mismo, porque el Braga no es un cualquiera en la Liga portuguesa. Y aunque no se le exige ser campeón, si se entiende que debería pelear por los 4 primeros lugares del campeonato. Y esto, en la deriva en que acaba de entrar, es complicado.

Pero hay soluciones. El plantel está ahí. Y está para utilizarlo. Y que juegue quien de verdad corra, luche, se sacrifique... No basta con decir es que yo la toco muy bien. En el Braga, eso no basta. Hace falta algo más... Y quien no esté, o no pueda estar, para dar ese algo más... debe irse a la grada. Debe dejar lugar a otro, sea este quien sea, sea aquel quien fuere. No debe Domingos entrar en juegos de vacas sagradas... Y si de pensar que, muchas veces, futbolistas que un día parecen no contar, surgen con fuerza en un momento determinado, aprovechan una oportunidad y ayudan a sacar al equipo de una situación...por ejemplo, como la actual. No debe haber miedo a las rotaciones. Lo contrario puede suponer que algunos futbolistas no lleguen a enero sino... arrastrándose, a gatas.

EUGÉNIO EIROA